MEDIO AMBIENTE, ENERGIA Y CAMBIO CLIMATICO

Llegado a este punto, conviene recordar que nos enfrentamos a un problema global y que, por tanto, nuestra respuesta ha de ser de similar magnitud. En este sentido, la apuesta del Gobierno andaluz parte de un principio rector de carácter general: la sostenibilidad como política que impregna la acción de todo el Ejecutivo de Andalucía. El principio de desarrollo sostenible caracteriza el nuevo modelo productivo andaluz, basado en el equilibrio entre el progreso social, económico y ambiental para lograr una sociedad más competitiva y solidaria.

En este empeño, en el de hacer de la sostenibilidad nuestro patrón de crecimiento social y económico, se halla trabajando el Gobierno de Andalucía a partir de una estrategia integral que contempla la gestión de nuestros recursos hídricos, el aprovechamiento de los ecosistemas forestales, la apuesta por las energías renovables, la valorización de los residuos, el fomento del ahorro energético o la aplicación de sistemas de movilidad bajos en emisión de gases de efecto invernadero.

Cabe destacar que la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático se convirtió en 2002 en la primera iniciativa institucional específica aprobada en España. Dentro de esa Estrategia, la Junta de Andalucía consideró que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el fomento de la capacidad de sumidero de los ecosistemas eran los primeros pasos lógicos para hacer frente a la situación.

Con este objetivo, en 2007 fue aprobado por el Plan Andaluz de Acción por el Clima–Programa de mitigación, una iniciativa convertida en referencia de la lucha contra el Cambio Climático en Andalucía y que ya atesora un elevado nivel de implantación y notables resultados. De hecho, podemos decir que la totalidad de las 140 medidas incluidas en el Plan de Acción ya ha sido puesta en marcha, lo que ha supuesto dejar de emitir al año hasta 4 millones de toneladas de CO2.
Pero frenar las emisiones no es suficiente. Los científicos han demostrado que la concentración de estos gases en la atmósfera ha llegado a un punto en el que, aunque se mantuviera en los niveles actuales, ya no es posible evitar un apreciable cambio en las pautas del clima. Por ese motivo Andalucía se había comprometido a elaborar el Programa Andaluz de Adaptación al Cambio Climático, convertido ya en realidad y cuyo primer paso ha sido calcular los escenarios climáticos previsibles para la Comunidad en el siglo XXI. Hablamos de un documento de referencia destinado a minimizar la vulnerabilidad del territorio andaluz ante los efectos negativos del cambio climático mediante la integración de medidas de adaptación en la planificación de la Junta.

Se trata del primer Programa de adaptación que contiene una autoorganización del Gobierno para actuar coordinadamente, y cuenta con ocho áreas de actuación específicas. Destacan medidas para potenciar el ahorro y la eficiencia en materia de aguas; objetivos muy similares a los fijados en el área energética, donde el aprovechamiento de las fuentes renovables es también una prioridad. De igual modo, la conservación y restauración de los ecosistemas con capacidad de sumidero es uno de los logros esenciales que se persiguen dentro del extenso ámbito forestal andaluz; mientras que la acción inmediata contra la erosión y la desertificación son ideas clave en la gestión del suelo.

También la investigación es objetivo esencial de las políticas contra el cambio climático en Andalucía, un apartado en el que merece mención destacada la puesta en marcha la Red Andaluza de Observatorios del Cambio Global, compuesta por cinco centros zonales representativos que permiten incorporar el conocimiento científico sobre el Cambio Global a la toma de decisiones y la planificación socioeconómica.

Este último apartado engarza con el tercero de los ejes que articulan la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático. Tras la mitigación y la adaptación, la comunicación garantiza una mayor implicación y sensibilización social, así como una respuesta más eficaz ante el problema. Pero, nuevamente, no se trata de un principio exclusivo en respuesta a este fenómeno, sino de una convicción profundamente arraigada en la Junta de Andalucía: la de que una correcta información nos ayuda a todos a ser más conscientes del punto en el que nos encontramos y de la manera de llegar a donde queremos sin comprometer por ello nuestro legado a las generaciones venideras.

Al respecto, creemos que contamos con la voluntad de la sociedad andaluza en esta materia. De hecho, el Ecobarómetro nos ofrece información interesante sobre el cambio climático. En los diez años transcurridos desde que se iniciase este tipo de estudios, este problema ha pasado al primer lugar en las preocupaciones de la ciudadanía andaluza a escala planetaria. Los andaluces tienen un aceptable grado de conocimiento y creen que la ciudadanía tiene mucho que decir. Igualmente, están dispuestos a asumir pequeñas modificaciones en sus comportamientos, como la moderación de la climatización de sus viviendas o la elección de aparatos de bajo consumo.

La obra que tiene en sus manos, Medio Ambiente, energía y cambio climático, es fruto del esfuerzo científico desarrollado por los Doctores Álvaro Sánchez Bravo y Clovis Gorczevski, quienes han reunido la visión que sobre esta realidad poseen investigadores y responsables públicos con una dilatada trayectoria en el estudio y la gobernanza del cambio global. Estamos convencidos de que los diferentes enfoques expuestos en este trabajo coadyuvarán a aproximarle al cambio climático con mayor precisión y despertarán en el lector el anhelo de profundizar en el entendimiento de un fenómeno que marca ya la manera de interactuar con el planeta.